
En la época de su aparición, el mercado de ópticas fotográficas era lo bastante amplio como para asimilar la oferta de nuevos y múltiples competidores, por lo que en un principio pudieron coexistir los productos de todos ellos sin especial conflicto. Sin embargo, cuando la curva de ventas empezó a descender se desataron las rencillas, hasta el punto de que Vivitar desvió su producción a Tokina y Komine y Kiron inició su periplo en soledad. Si para Vivitar Kino Precision se había limitado a producir en su factoría los diseños originales de procedencia americana (en especial, alguno de los más reputados Series 1), a partir de ese momento se iba a tener que enfrentar al consumidor con sus propios modelos. Y lo cierto es que no lo hizo nada mal.
Uno de los hitos de Kiron fue el justamente célebre objetivo macro que fabricó para Vivitar (105 mm f 2,5) y que, con ligeros retoques, la propio Kino Precision comercializó con el nombre de Lester Dine en el mercado estadounidense. No debe sorprender el baile de nombres y especificaciones técnicas que se produjo durante esta época, con modelos que las propias empresas se copiaban entre sí, remedos cuando no directamente plagios a partir de los planos originales que, previamente, la empresa licenciataria había puesto a disposición de los fabricantes... Uno de los casos más conocidos es el objetivo macro que Tokina sacó al mercado tras romper con Vivitar, y que no era más que... el propio objetivo macro diseñado por Vivitar, y que la casa japonesa había estado produciendo para él.
Tampoco hay que desdeñar los zooms que sacó al mercado en su momento, y que gozan de una merecida popularidad por su solidez constructiva y buenos resultados en términos ópticos, caso del reputado 28-85 mm f 2,8-3,8 o del súper-zoom 28-210 mm f 3,8-5,6. También goza de buenas críticas el tele-zoom 80-200/4,5 el cual tendremos ocasión de probar en breve, así como el 28-135/3,2-4,5. Hay que destacar que uno de los "secretos" de la calidad contrastada de los zooms de Kiron (tanto los que realizó para Vivitar como algunos de los que comercializó con su propio nombre) residía, en no pocos casos, en su carácter vario-focal, es decir, que el enfoque debía reajustarse al variar la focal seleccionada; ello hacía más lento el proceso previo al disparo, pero potenciaba las virtudes ópticas del zoom.
Que la calidad intrínseca de las ópticas Kiron no es una mera presunción lo demuestra el hecho de que, en su primer año de vida, alcanzó el cuarto puesto de la lista de fabricantes de ópticas fotográficas, de un total de 64. Asimismo, y según señala Bill Kelley en la página de Cult Classics in Third Party, fue una de las pocas marcas que podía adherir su propio sello de control JCAA (la famosa pegatina que verificaba la calidad de las ópticas fotográficas de manera independiente) en el barril de sus objetivos.
Entre los objetivos de Kiron que, con el tiempo, han alcanzado mayor reconocimiento, se encuentra el que hoy presentamos, un angular luminoso y de excelente calidad, tanto óptica como constructiva. Se trata de un 28 mm f 2 consistente en ocho elementos montados en ocho grupos, con un diafragma de seis palas que cierra hasta f 16, 240 gramos de peso, una distancia mínima de enfoque de 30 cm y un diámetro de filtros de 55 cm. Para su ficha original en el grupo de Flickr Encamisados fue probado en una Panasonic L1 y provisto con un reductor de pupila (camisa) de 19 mm, el cual mejoró notablemente su rendimiento.
Si la calidad general de la imagen que proporciona este objetivo es muy buena, cabe lamentar cierta falta de nitidez a plena apertura, fruto sin duda de su luminosidad. Por contra, las aberraciones cromáticas están muy controladas, En general, los resultados son muy buenos en cuanto se diafragma un punto, siendo excelentes ya al cerrar dos pasos. En la comparativa de los recortes de la imagen del reloj despertador puede apreciarse la notable mejora en este sentido.
También resulta notable la resistencia al "flare" en tomas al contraluz, como se puede constatar en la toma con la figurilla femenina de la imagen inferior, donde es posible apreciar textura en las sombras y el contraste mantiene unos niveles más que aceptables.
En suma, un angular luminoso de muy alto nivel, sólido y bien construido, con un rendimiento más que bueno y que, diafragmado, proporciona una calidad a la altura de las marcas de referencia. Totalmente recomendable.
