OPINIÓN

¡Clic! Estás vivo...
 por José Luis Trullo


Hay disparos que matan y disparos que dan la vida. La fotografía toma prestado el léxico de las armas para darle la vuelta a la dialéctica del cazador y la presa e infundir un soplo de vida en un paisaje en apariencia inerte.

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La fotografía es un arte del tiempo vertical contra el tiempo horizontal: del tiempo como vivencia única contra el tiempo como sucesión, del instante singular e irrepetible contra el flujo atropellado de momentos irrelevantes. Presionando un botón, realizamos un corte transversal en la recta de la conciencia longitudinal, de modo que el río heracliteano se convierte (por la gracia de un clic) en cascada helada, suspendida en el vacío. Yo creo que, esta imagen, a Parménides le habría gustado.

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Olympus E-300 + Minolta MD 28 mm f 2,8

"Dichosos los que pueden vivir en el instante, sentir el presente constantemente, atentos únicamente a la beatitud del momento y al arrobamiento que procura la presencia única de las cosas" (E. Cioran, "Lo absoluto en el instante"). Dichosos los fotógrafos... al menos, los que lo son por vocación y cuando quieren, y no por obligación y si se les requiere...

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En una fotografía lograda no contemplamos (como se dice) el tiempo congelado o anulado, sino el borboteo magmático del instante que, de abajo a arriba, fluye sin cesar. De lo contrario, deberíamos hablar tan sólo de un fotograma...

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Las cortinillas del obturador fueron creadas a imagen y semejante de las pestañas humanas: ambas se abren y se cierran más o menos a discreción, y lo que ocurre en el ínterin nos puede salvar o condenar, preñarnos de sentido o vaciarnos hasta la extenuación.

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Olympus E-300 + MC Rokkor PG 50 mm f 1,4

Hay algo de demiúrgico en la composición fotográfica: decidiendo soberanamente lo que se incluye y lo que se excluye del cuadro, optando por una dirección de la luz en detrimento de otra, enfocando el sujeto y desenfocando el fondo (cuyo reparto de funciones también hemos decidido nosotros), experimentamos por un momento la omnipotencia del Creador primero, si es que existió; y, si no, lo encarnamos continuamente...

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"Todo lo que contemplo vibra y arde" (Ángel González). Esa es la llave; esa, la puerta.

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Abstraerse para concretarse.

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Es colgarse la cámara al cuello, y dejar atrás y a un lado lo conocido y descontado. El fotógrafo vive en el primer día de la Humanidad perpetuamente, como un bebé que empieza a asumir que está vivo, que está en el mundo y quiere honrarlo... aunque sólo sea contemplándolo.

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¡Dejadla... que así es la rosa! O mejor: fotografiadla...


Continuará...