Tokina RMC 28-85 mm f 4

Redacción.- Los zooms manuales no gozan de una reputación
demasiado elevada, desplazados por la sobresaliente calidad y luminosidad de las focales fijas. Indudablemente, los compromisos constructivos a los que deben someterse los ingenieros a la hora de diseñar ópticas de focal variable conlleva muchas renuncias, tanto en términos (como ya se ha dicho) de luminosidad como de nitidez, resolución y contraste. A cambio, se gana en portabilidad y versatilidad, dos virtudes que para el fotógrafo callejero resultan muy estimables.

Sometemos a examen un zoom fabricado por Tokina con un rango focal bastante corriente, y una luminosidad constante no demasiado alta: f4. Se trata de un objetivo sólido, muy bien construido, pesado y que está dotado de dos anillos independientes: uno, para seleccionar la focal, y otro, para el enfoque. La distancia mínima es de 75 cms. (algo elevada para lo que resulta corriente en nuestra época), el diafragma tiene seis aspas y la apertura mínima es de tan sólo f16. Las características externas, por tanto, no llaman en absoluto la atención... El diámetro de filtro es de 72 mm.

Una vez entrados en materia, cabe destacar la buena adaptación de la óptica al cuerpo de la Olympus E-3, con la que forma un buen conjunto, equilibrado y ergonómico. Sin embargo, el diseño del barrilete del objetivo es tal, que la mano duda a la hora de encontrar a ciegas el anillo de diafragmas, estrecho y próximo a la lente posterior, y el de enfoque y zoom, mucho más anchos... Al principio, pues, tendremos que estar atentos para no perdernos accionando los distintos mecanismos.

Foto tomada con una Olympus E-3 a f8 y 1/200, ISO 125, contraste -2, nitidez y saturación a 0.
Archivo RAW revelado con Olympus Viewer 2 y volcado directamente a JPEG.

Las características ópticas del zoom no son demasiado buenas: a la máxima apertura, y sin necesidad de complicados análisis en un banco óptico, la resolución sólo resulta aceptable en el centro, cayendo en picado en las esquinas. Aquí, por desgracia, el trabajo de los ingenieros no ha estado a la altura. La reproducción del color es buena, pero el contraste resulta muy justo, con una notable pérdida de detalle en las sombras, cuando los sujetos se encuentra bajo una intensa luz. Asimismo, las aberraciones cromáticas hacen su aparición en sujetos muy contrastados, si bien no son excesivas. No se aprecian distorsiones geométricas. Por el contrario, el viñetado resulta bastante apreciable a la máxima apertura en posición angular, por lo que no se aconseja su uso en formato completo.

A pesar de las limitaciones evidentes de este zoom, no se puede negar que resulta sumamente agradable al tacto, transmitiendo esas buenas sensaciones que uno agradece cuando sale a la caza de instantáneas. Su bajo rendimiento general no impide que, al final de la jornada, hayamos disfrutado con él: una paradoja, por otro lado, nada rara cuando hablamos de objetivos manuales...

Su precio, 30 euros con los portes incluidos desde Gran Bretaña, indica el techo que debería manejar un posible interesado en este zoom, del cual existe una versión algo posterior, rotulada AT-X y con una luminosidad de 3.5-4.5.

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Fotos de José Luis Trullo