TRES MÍTICOS 85 mm f 1,2 ANTE EL BANCO ÓPTICO

Marco Cavina (texto y fotos).- Este artículo es un poco singular, y adelanto que no hay ningún mérito en el material inédito y excepcional que se va a presentar, puesto que las medidas MTF (realizadas en un banco óptico Zeiss K8) se han realizado de manera personal con unidades de serie. Al menos parcialmente, estas medidas profesionales responden a la curiosidad morbosa de muchos apasionados, los cuales se preguntan acerca de las diferencias que puedan existir entre los dos modelos de 85mm f/1,2 L de Canon (el FD y el EF), y hasta qué punto podrían plantar cara a la piedra de toque en este campo, el Zeiss Planar 85mm f/1,2, concebido para un uso cinematográfico y adoptando sus extremas exigencias cualitativas.


Los tres objetivos 85mm f/1,2 han sido elegidos de entre unidades en producción (en el caso del Zeiss, se trata de un ejemplar "50 Jahre" de 1982) y testados, como se ha dicho, en un banco MTF Zeiss K8 de acuerdo con los métodos estándar que podemos encontrar, por ejemplo, en la documentación técnica de distintos fabricantes alemanes. Para cada óptica, se ha recabado el MTF a 10, 20 y 40 l/mm (líneas por milímetro) del eje a la máxima altura sobre la diagonal (esquinas del formato), con doble orientación radial y tangencial. Los tres objetivos han sido probados a infinito con diafragmas f 1,2; f 2; f 2,8 y f 5,6; en el caso del Canon EF 85/1,2 L Mk II hemos añadido una medida a f 8, midiendo el desplazamiento de foco sobre el eje al variar la apertura, visualizando así el comportamiento de la curva de aberración esférica y explicando eventuales caídas de rendimiento (este último valor se expresa en micras). Al tratarse de objetivos de esquema óptico flotante, se realizó una nueva medición a distancias cortas, para comprobar la eficacia de dicho sistema y el eventual mantenimiento de un nivel cualitativo suficiente, ya que se trata de un problema característico de muchos teles medios luminosos, incluso muy reputados. El Zeiss Planar se probó a una distancia de dos metros a diafragmas f 1,2; f 2,8; f 4 y f 8, mientras que la medición a un metro (con las mismas aperturas) se realizó con los tres objetivos, comprobando de nuevo en este caso el desplazamiento de foco al diafragmar.


Obviamente, y como es habitual, los resultados de las pruebas deben considerarse válidos para las unidades concretas, si bien, dado el prestigio y características de las gamas a las que pertenecen, es de suponer un rendimiento elevado y homogóneo para toda la producción.

Por vez primera se someten a examen en la modalidad MTF estándar los tres teleobjetivos medios más célebres y luminosos de la era moderna: la piedra de toque Zeiss Planar 85 mm f 1,2 (obra maestra de Walter Woeltche) y los dos modelos que se sucedieron en el tránsito del universo FD al EF: el Canon FD-L 85 mm f 1,2 y el Canon EF-L 85 mm f 1,2. En cuanto a éste último, se ha probado una de las postreras unidades Mk II comercializadas, si bien la valoración de su rendimiento debe considerarse extensido al modelo precedente, con el que comparte esquema óptico.
Las limitaciones impuestas por el diámetro útil de la bayoneta y la distancia retrofocal del sistema réflex han obligado a diseñar tres esquemas ópticos muy similares; los dos modelos Canon cuentan con una superficie asférica que, en el caso del modelo EF-L, se desplaza a la tercera lente, un elemento de diámetro más reducido que, en teoría, debería haber contribuido a reducir los costes de fabricación, si bien el precio de catálogo del modelo AF era proporcionalmente muy superior al del FD. Por su parte, el Zeiss carece de elementos de esta clase, si bien su corrección general es tan alta que mereció el calificativo de "astral" por parte de su propio artífice. Woeltche sólo debía lamentarse de un leve residuo de aberración cromática lateral debida al uso de vidrios de alta refracción; por lo demás, el resto de la óptica satisfacía un nivel de exigencia cinematográfica muy restrictiva.

1. DISTANCIA DE ENFOQUE : INFINITO


Antes de empezar, hay que advertir que se trata de objetivos de una calidad excepcional, sin excepción; a 40 l/mm de frecuencia espacial, un MTF del 30% debe considerarse como la condición necesaria y suficiente para obtener una imagen visualmente nítida y satisfactoria: pues bien, a plena apertura, el extraordinario Planar consigue mantener en casi todo el campo un MTF de 40 ciclos/mm, comprendido entre 30 y 40%, un valor absolutamente excepcional dada la apertura, con unas diferencias mínimas entre el valor sagital y el tangencial. Igualmente excelente es el valor a 10 ciclos/mm, sector que define el macrocontraste, con una buena parte del campo en un valor del 80%, próximo al que proporcionan las modernas y afamadas focales fijas Zeiss T=1,3 para cine.

Los dos Canon resultan igualmente válidos a f 1,2, si bien a 40 ciclos/mm presentan unos valores ligeramente inferiores.

Los tres objetivos presentarán en todos los MTF un comportamiento similar (como podía esperarse de un esquema óptico parecido), si bien ya a f 1,2 los Canon adolecen de cierta "sfumatura" -falta de nitidez- característica de la casa que no se da en el Zeiss, y que permanece en los japoneses hasta diafragmas intermedios.

A plena apertura, ambos Canon presentan valores medios equiparables, si bien el FD tiene picos superiores en el sector preferencial y mayores diferencias en el segundo. Aun así, arrojan en buena parte del campo valores MTF a 10 ciclos/mm del orden del 80% y garantizan un rendimiento en todo el campo bastante satisfactorio y homogéneo.

Sea como fuere, tuve ocasión de utilizar con un mismo motivo el Planar y el FD-L de la imagen y, a pesar de que ambos objetivos son extraordinarios tanta a plena apertura como diafragmando, el Zeiss se imponía a f 1,2 de una manera perceptible, claramente visible en la proyección con Leitz Colorplan 90/2,5 donde, a f 1,2, la nitidez, brillantez y reproducción del color eran tan buenas, que sólo podía deducirse la gran apertura por la reducidísima profundidad de campo. A f 1,2, el Zeiss se impuso asimismo en la supresión del "flare" -reflejos internos- al utilizarlo en un contraluz sin parasol, mientras que en los diafragmas centrales (f 5,6 y f 8), la nitidez y contundencia del Canon FD-L eran caligráficas, impresionantes y, aparentemente, algo superiores al propio Zeiss en igualdad de condiciones.

El increíble rendimiento del Zeiss a f 1,2 no debe sorprendernos: en Zeiss cuentan con dos proyectores para verificar la resolución de sus ópticas, y el Planar a f 1,2 (sobre un círculo de 2 mm desde el eje) exhibe ya 200 l/mm, reproducidas con un contraste bajo aunque legible, y no menos de 100 l/mm en los bordes del área menos favorable. ¡Chapeau!

Por lo demás, el Canon FD-L aún cuenta con muchas balas en la recámara: a diafragmas intermedios brinda un contraste modesto que compensa en gran medida los claroscuros en los perfiles del motivo, los cuales de todos modos reproduce con una resolución elevada; tiene un bellísimo "bokeh" y, cuando se diafragma convenientemente (f 5,6-f 8) proporciona un contraste brutal: un rendimiento de doble cara, muy versátil y aprovechable por parte del usuario para distintos lenguajes fotográficos.

A f 2 el Canon FD-L mejora de manera evidente, mostrando un comportamiento muy similar al de su hermano EF-L aunque con valores netamente superiores en las zonas centrales y medias, así como altas frecuencias espaciales, valores excelentes y, en algunas áreas, incluso mejores de los que proporciona el Planar, el cual sin embargo mantiene un rendimiento muy equilibrado y homogéneo en ambos sectores, mientras que los Canon brindan valores de contraste inferiores en la orientación sagital. Los tres objetivos muestran el clásico "repecho" de los Gauss retrofoco en esta curva aunque, mientras que el Zeiss mejora hacia los 17 mm de diagonal, los Canon se recuperan sólo mucho después, en especial el FD que parece casi dejar intuir un pico de la curva incluso más allá del formato; en cualquier caso, a f 2 el FD-L es la estrella del grupo, al menos si nos ceñimos a las unidades probadas, sorprendiendo comprobar cómo supera al más moderno EF, reformulado trece años después.

A f 2,8, el Zeiss continúa progresando de manera homogéneo y equilibrada, manteniendo una increíble y destacable simetría en el comportamiento, mientras que el FD-L mejora aunque de manera menos drástica que en el caso anterior y de nuevo con un peor comportamiento en la orientación sagital, que a 40 ciclos/mm no mejora respecto a f 2, la única pega que le impide competir con el Zeiss. En cualquier caso, el rendimiento sigue siendo excelente para un f 2,8, sobre todo en el eje, donde continúa imponiéndose por poco gracias al reducidísimo desplazamiento del foco.

De hecho, cerrando de f 1,2 a f/2, el eje del Zeiss experimenta un desplazamiento de foco de 2 micras; el Canon FD-L, de 4 micras y el Canon EF-L, de 10 micras. A f 2,8, el eje del Zeiss se va fuera de foco 16 micras, el Canon EF-L 34 y el FD-L, apenas 6 micras, un desplazamiento muy inferior que premia al MTF en el  eje... A f 2,8 la recuperación del EF-L Mk II es evidente, no sólo en el sector preferencial (el tangencial), sino también en el sagital, donde (al revés de lo que le ocurre al FD-L) ya se está constatando la recuperación respecto a la otra orientación. En cualquier caso, el rendimiento en los bordes del AF aún resulta inferior a los excelentes valores del FD-L.

A f 5,6, valor de rendiminto óptimo, los tres objetivos alcanzan niveles de excelencia absoluta: el Zeiss mantiene su admirable simetría de comportamiento constatada desde plena apertura, aunque el sector tangencial queda algo por detrás en los bordes, mientras que el Canon FD-L marca un auténtico hito en la lectura sagital invirtiendo brutalmente la tendencia mostrada a f 2,8 y presentando un rendimiento levemente más homogéneo respecto al EF-L, en cuyas ambos sectores presenta flexos (en bordes y esquinas a 40 ciclos/mm) superiores a los del modelo FD. La contención del desplazamiento de foco entre f 1,2 y f 5,6 es excelente en los tres casos, respectivamente equivalente a 24, 41 y 28 micras, unida a un óptimo control de la curva de aberración esférica.

A f 8 el único MTF que hemos podido medir es el del Canon EF-L Mk II, y muestra una característica positiva que ya se había detectado también en el caso del FD-L, es decir, la resistencia a la difracción y el amplio rango de diafragmas utilizables con la garantía de un rendimiento excelente (en la práctica, de f 2 a f 8); en particular, a f 8 mejora la curva sagital, que de todos modos sigue siendo el único "punto negro" de los dos excelentes objetivos Canon.


Globalmente, el Zeiss se impone ligeramente a f 1,2  y es menos astigmático, si bien todos los objetivos proporcionan prestaciones fuera de serie. Ciñéndonos a los dos modelos Canon, los MTF nos han sorprendido al revelar un rendimiento superior en el modelo más antiguo, el FD-L. El juicio de conjunto es sumamemente positivo: cualquiera de estos tres objetivos está en disposición de satisfacer por completar al usuario, al menos a infinito. De todos modos, un 85/1,2 es un arma letal en retrato a luz ambiente, por lo que no nos hemos limitado a esta medida, extendiendo los MTF a enfoques próximos para evaluar si ese rendimiento tan elevado se mantiene en dichas condiciones de uso.

2. DISTANCIA DE ENFOQUE : 2 m


A la distancia intermedia de 2 metros sólo hemos evaluado el Zeiss, célebre por su rendimiento a distancias cortas. De hecho, hemos obtenido una rotunda confirmación del perfecto funcionamiento del sistema flotante, hasta el punto de que a los diafragmas más cerrados rinde mejor incluso que a infinito (!). También resulta excelente en este caso el control del desplazamiento de foco axial: apenas 3 micras a f 2 y 21 micras a f 4; en realidad, existe una relación directa entre la calibración de los espacios de aire entre los dos semi-Gauss y el control del desplazamiento de foco. En concreto, la unidad sometida a examen fue calibrada manualmente por un técnico de Zeiss, ya jubilado, determinando un reducidísimo desplazamiento de foco al variar la apertura. El precio que hay que pagar por estos ajustes específicos con respecto a los salidos de fábrica consiste en una ligera caída de las MTF a f 1,2 en los bordes, en las bajas frecuencias espaciales (por ejemplo, a 10 l/mm), lo cual creemos que compensa sobradamente. De hecho, comprobando las MTF "oficiales" de Zeiss, realizadas con un 85/1,2 con un ajuste algo distinto, podemos percibir a f 4 flexos a 40 ciclos/mm ausentes en el objetivo de nuestra prueba, si bien a 1,2 el MTF periférico a 10 l/mm es ligeramente superior.

MTF oficiales de Zeiss para el Planar 85 mm f 1,2 a f 1,2 y f 4

3. DISTANCIA DE ENFOQUE: 1 m


Las lecturas MTF efectuadas tanto con el Zeiss como con el Canon EF-L a la distancia de 1 metro confirman de nuevo el buen comportamiento del sistema flotante, así como una evolución favorable de la curva de aberración esférica. A f 1,2 el Canon se comporta muy bien respecto al Zeiss y presenta valores óptimos en las zonas periféricas; a diafragmas más cerrados, el objetivo japonés se mantiene casi parejo al Planar, penalizado por cierta heterogeneidad del sector tangencial debida, probablamente, a cierta aberración cromática lateral, así como por una mutua interacción entre el plano de la curvatura de campo y la propia evolución de la curva de aberración esférica. El desplazamiento de foco se muestra bastante contenido en ambos casos, con una leve pero perceptible ventaja para el Planar. En cualquier caso, para distancias tan cortas, se trata de valores excepcionales y muy superiores, especialmente en el eje, a los que proporciona cualquier teleobjetivo medio luminoso no dotado de sistema flotante.

CONCLUSIONES

No hay mucho que añadir. Nos encontramos ante objetivos célebres cuyo rendimiento en términos de resolución y capacidad de reproducción es legendaria. El Zeiss siempre se ha considerado como inalcanzable, mientras que los buenos resultados proporcionados por los Canon confirma el alto nivel de ambas ópticas, con una especial mención al viejo pero más que digno FD-L. El sistema flotante supone en todo caso un atractivo suplementario para el uso más extendido de este tipo de objetivos, el retrato con luz disponible... Lo que está claro es que, si podemos abonar el precio que se pide por uno de los 2.005 Planar existentes, o por el EF-L Mk II aún en catálogo, podremos obtener resultados únicos, plásticos y emocionantes, auténticos fragmentos de vida capturados para el resto de nuestros días.

(Traducción de José Luis Trullo)